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- Invierno y primavera. En otoño es bonita por su riqueza cromática.
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Entre dos alineaciones de montes de fragoso matorral se extiende una extensa nava cuya personalidad le ha valido el nombre de El Valle, a secas. Se trata de un paraje casi llano regado por los arroyos del Cañuelo y del Valle, con un variado paisaje que combina encinares, sotos fluviales, olivares, huertos y manchas de monte mediterráneo, conformando un sistema agropecuario vivo y latente. Entre los alados más interesantes se citan el camachuelo, el críalo, la curruca mirlona, el gorrión chillón, el abejaruco o la culebrera europea, con la aparición ocasional del alimoche. |
Texto e imágenes: Rafael Romero Porrino |
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