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- Primavera y verano
(mediados de abril-agosto).
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El valle medio del río Guadalbarbo conforma una ancha garganta de espectaculares paisajes, con gran contraste entre las laderas de fragoso monte mediterráneo y las dominadas por el olivar. Aquí y allá afloran bruscos peñones en los que nidifican el vencejo real, el vencejo cafre, la golondrina dáurica, el avión roquero, el roquero solitario, el cernícalo vulgar o el estornino negro, y donde también recalan colirrojos tizones y chovas piquirrojas. La floración de orquídeas y del blanco Narcissus papyraceus da un toque de color. |
Texto e imágenes: Rafael Romero Porrino |
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